Se consideró el episodio más tenso de la reunión aquel lunes, cuando en el subsuelo del Ministerio de Educación, Camilo Escalona, secretario general del Partido Socialista, recogió sus pertenencias, se levantó de la mesa donde se encontraba con Nicolás Cataldo, el ministro a cargo y representantes de los 10 partidos del gobierno, y se retiró del lugar claramente contrariado.
La irritación de Escalona tuvo como foco al secretario de Estado, especialmente después de que el ministro del Partido Comunista subrayara la necesidad de coherencia en la narrativa de la agenda educativa gubernamental durante la reunión.
La tensión se disparó cuando Cataldo mencionó como ejemplo la entrevista otorgada por Karina Delfino, alcaldesa socialista de Quinta Normal, a La Tercera el fin de semana anterior. En ella, Delfino criticó el impacto de la eliminación de la selección en los liceos emblemáticos, lo cual desató la defensa vehemente de Escalona hacia la alcaldesa y su posterior salida abrupta del encuentro, dejando atrás a otros dos miembros técnicos del Partido Socialista.
La reacción de Escalona fue interpretada por algunos como un asunto personal, mientras que otros instaron a mantener el decoro y la compostura que regía hasta ese momento en la reunión, que había comenzado a las 18:00 y se extendió por más de tres horas. Por su parte, Cataldo también se tomó un momento para aclarar sus palabras, señalando que no era el momento para emitir tales comentarios y reveló que había conversado con Delfino el día anterior.
En esta misma junta, las distintas facciones presentes expresaron su apoyo al ministro de Educación, quien ha enfrentado diversas complicaciones debido a la crisis en la implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP).
