La noche del lunes 26 de febrero se tornó tensa en la Quinta Vergara cuando, tras el cierre del espectáculo de Andrea Bocelli, el público comenzó a expresar su descontento con fuertes abucheos, anhelando más del tenor italiano. En ese instante crítico, Javiera Contador se encontraba junto a algunos organizadores, incluido el productor ejecutivo Daniel Merino, monitoreando la situación a través de una pantalla y evaluando la atmósfera del lugar. Ante ella se presentaba un desafío considerable, ya que estaba programada para actuar justo después de Bocelli, lo cual le causaba nerviosismo y tensión debido al ambiente poco receptivo.
En un gesto de solidaridad y apoyo, los presentadores del evento, María Luisa Godoy y Francisco Saavedra, optaron por tomar una medida audaz para apaciguar a la audiencia de la Quinta Vergara. Esta decisión, tomada por iniciativa propia, representó su primer gran desafío como pareja en el escenario más icónico de Chile. Se lanzaron al frente durante una pausa comercial de la transmisión televisiva, con el objetivo de calmar y reconectar con el público, protegiendo a Contador de una situación aún más adversa.
